LA CARPA
Gracias a su gran facilidad para adaptarse a prácticamente cualquier tipo de aguas, La Carpa se ha convertido en una de las especies más habituales en nuestros ríos y pantanos.
La Carpa ofrece al pescador un sin fin de posibilidades. Son muchas las diferentes técnicas que se pueden utilizar para su pesca; en la cual esta especie desarrollará una extraordinaria lucha.
Características
Familia: ciprínidos
Podemos hablar de tres especies fundamentales:
La Carpa Común; recubierta de escamas uniformes.
La Carpa Espejo: con escamas mayores e irregulares.
La Carpa Cuero: prácticamente desprovista de escamas.
Puede alcanzar los 25 kilos de peso, aunque se conocen gran cantidad de ejemplares que han pesado más.
Suele desplazarse en grupos.
Alimentación
Dafnias, gusanos de cieno, caracoles, ninfas, larvas, insectos e incluso mejillones de agua dulce.
Localización
la Carpa se desarrolla más habitualmente en los lagos de llanura o en los estanques rodeados de árboles, con abundante vegetación en las orillas.
Prefieren los lugares resguardados del viento.
También las encontraremos en ríos con corriente lenta, el Ebro es un magnífico ejemplo de ello. Además la carpa ha sido introducida en algunos canales con excelentes resultados.
Formas de pesca
Si algo define correctamente a la carpa es la enorme desconfianza que muestra en su picada.
La carpa dispone de un sentido del olfato perfectamente desarrollado, al igual que su capacidad auditiva, que le hará huir ante cualquier sonido u olor que no reconozca. Es una sabia manera de poner a prueba al pescador, que deberá utilizar perfectamente el flotador ideal para que apenas haga ningún sonido al entrar en el agua.
Debemos tener en cuenta que la técnica que tradicionalmente se ha utilizado para la pesca de la Carpa es la PESCA A FONDO SIN FLOTADOR. En ella se usan gruesos plomos que llevan el cebo hasta las aguas profundas. Pero esta técnica es adecuada durante el invierno, el resto del año la carpa no suele encontrarse en el fondo y los éxitos conseguidos con este método serán más bien escasos.
PESCA A FONDO
La pesca a fondo es el método más comúnmente utilizado para la carpa. Una modalidad plagada de tiempos de espera, en los que el pescador deberá armarse de paciencia y saber cuál es el momento justo para actuar.
Lo primero será realizar un reconocimiento de la zona, para tratar de detectar cuáles son las zonas en las que las carpas presentan una mayor actividad.
Los movimientos del pescador que se coloque cerca de la orilla deberán ser muy cuidadosos, teniendo en cuenta que en ocasiones el mero movimiento de un brazo puede espantar a las carpas y que las simples conversaciones entre dos pescadores pueden ser percibidas debajo del agua.
Es conveniente colocarse con el viento de cara y en zonas donde la vegetación no sea muy alta.
Tras el lance, la caña deberá ser colocada sobre un soporte. Las picadas pueden ser detectadas por medio de un indicador de picadas (los electrónicos suelen dar buenos resultados).
Si durante un periodo de tiempo medianamente largo no se produce ninguna picada, desplazaremos el cebo mediante unas cuantas vueltas de manivela. De esta forma iremos colocando el cebo en diferentes lugares sin necesidad de realizar varios lances, que siempre pueden poner sobre aviso a la carpa.
Si nos encontramos en un lugar frecuentado por pescadores, la carpa tendrá tendencia a alejarse de las orillas, por ello será necesario realizar lances largos, de hasta 100 metros. Para ello utilizaremos plomos de 60 gramos y una caña resistente.
En el momento en el que el indicador se eleva, debe colocarse la caña en posición horizontal y cerrar la cesta del carrete. Cuando sale la línea, se eleva la caña por detrás del hombro derecho. Una mano se deberá mantener en la manivela del carrete y el índice de la otra se apoyará sobre la bobina. En ese momento la carpa sentirá presión y reaccionará con una rápida y potente carrera; frenaremos esta actividad con el índice e intentando realizar una tracción lateral (mover lateralmente la caña). Esta tracción lateral puede obligar a la carpa a desplazarse hacia la orilla.
La pelea con la carpa puede ser larga y de la destreza y aguante del pescador dependerán en gran medida los resultados obtenidos. Debemos esperar a que la carpa se fatigue y en ese momento sumergiremos la sacadora en el agua e intentaremos conducir el pez por encima de ella. Es conveniente que la sacadora se mantenga inmóvil hasta que la carpa se encuentre encima.
PESCA CON CEBO FLOTANTE
Este tipo de pesca será eficaz en las zonas en las que las carpas presenten actividad cerca de la superficie. Como cebo utilizaremos es el pan, con un buen trozo de miga, que atraerá a las carpas. Para facilitar el lanzado mojaremos previamente el trozo de pan, de forma que le demos un peso mayor.
Un buen truco para evitar que la línea se hunda es el de engrasarla previamente.
En ocasiones la carpa se dedicará a chupar una corteza flotante sin llegar a tragarla, lo cual suele ocurrir en zonas que ya han sido muy pescadas y en las que las carpas ya han escapado de algún susto. Para conseguir que esto no ocurra, muchos pescadores colocan un buen trozo de pan en la línea y otro más pequeño en el anzuelo; de esta forma se simula que el trozo pequeño se desprendió del más grande y consecuentemente la carpa intentará tragarlo sin miedo.
Equipo de pesca
CAÑA: Nos decantaremos por una caña de anillas fabricada en fibra de vidrio o carbono Lo primero a tener en cuenta a la hora de adquirir una caña para la pesca de la carpa es que sus anillas se encontrarán sometidas a una constante tracción en el momento de la picada, por lo tanto su desgaste es mayor. Por ello es imprescindible vigilar que la calidad de la caña sea buena.
En cuanto a la longitud, la seleccionaremos de una medida que valla de los 3 a los 3,35 metros, con empuñadura de 0,75 metros.
Su peso rondará de los 750 gramos al kilo.
CARRETE: deberá disponer de bobina que recubra el carrete impidiendo que la línea se enrede en el mecanismo interno. Con antirretorno y freno fácilmente accesibles.
LÍNEA: utilizaremos una línea de entre 3,5 y 4 kilos de resistencia si desarrollamos nuestra pesca en lugares desprovistos de vegetación, pero si estamos en una zona cargada de obstáculos, la línea deberá ser algo más gruesa (de 5 a 6 kilos).
ANZUELOS: deben ser, ante todo, sólidos; de ahí que los anzuelos forjados se presenten como la mejor opción gracias a su solidez. En función del cebo, los números más adecuados serán el 4, 6 ó 8.
Cebos
Existen diferentes cebos que pueden ser perfectamente válidos para la pesca de la carpa:
Corteza de pan: se usa tanto flotando en la superficie como sobre una zona de hierbas sumergidas.
Miga de pan: haremos una pasta mezclando la miga con un poco de agua, que habrá que escurrir apretándola con un trapo limpio. Puede usarse con la corteza, ya que colocada sobre el vástago del anzuelo permitirá que ésta descienda lentamente hasta el fondo cenagoso sin enterrarse.
También podemos aromatizar la pasta con algún producto. Entre ellos el más utilizado es la miel. Haremos estas mezclas en casa y las transportaremos envueltas cuidadosamente en un trapo.
Patata: deberá estar cocida. Muchos pescadores utilizan una aguja de ganchillar para pasar la línea a través de este tipo de cebo, después se ata el anzuelo y se va empujando la patata hasta que penetre en la punta del anzuelo.
Lombrices: son válidas casi de cualquier tipo, si bien las más eficaces son las conocidas como lombrices rojas, ya que colocada viva en el anzuelo semeja perfectamente a un gusano de cieno, uno de los alimentos más deseados por la carpa.
Maiz: aparece como uno de los cebos que mejores resultados dan.
Habas: una vez cocidas se muestran como un cebo alternativo bastante adecuado. Los podemos encontrar, listos para ser utilizados, en botes de conserva en los que ya se encuentran perfectamente preparados para emplearlos inmediatamente.
Consejos útiles
Las horas en que la Carpa se alimenta son principalmente las primeras del día o justo antes de anochecer.
Es recomendable saber que la carpa se alimenta principalmente en el fondo. Cuando lo hace notaremos su presencia gracias a las burbujas que irrumpen en la superficie.
Si varias carpas se localizan en el fondo y no existe mucha profundidad, su presencia enturbiará la superficie.
El lugar más habitual donde las encontraremos será debajo de los árboles caídos en el agua.
Si el día se presenta caluroso, podremos verlas rompiendo la superficie del agua con su lomo.
En los días cubiertos mostrará una constante actividad.
Nunca infravalorar las capacidades visuales, auditivas y olfativas de la carpa. Conviene colocarse siempre lo más oculto posible e incluso llevar ropas de camuflaje.
Si una carpa que acaba de engancharse se refugia entre las plantas, no realizaremos presión con la caña, sino que la bajaremos para dejar la línea libre. Como consecuencia la carpa dejará el refugio y en ese momento es cuando deberemos elevar la caña.
En las zonas en las que esté permitido, el cebado previo de la zona es recomendable.
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